XLI. DEL MISMO [1]
Las cosas humanas poco tiempo duran
Y frase muy cierta
Dijo el viejo de Quíos: [2]
Igual naturaleza tienen
Las hojas y el linaje humano.
Mas esta voz en el pecho
Pocos acogen. A la inquieta esperanza,
Hija de corazón joven,
Todos la acogemos.
Mientras roja es la flor
De nuestra tierna edad,
El alma altiva y vacía
Cien dulces ilusiones nutre en vano,
Ni muerte espera, ni vejez; y nada
El brioso y sano de los males teme.
Mas necio es quien no ve
Qué raudas son las alas de la juventud,
Y qué poco lejos está
La muerte de la cuna.
Tú, próximo a poner el pie
En el umbral fatal
De la estancia del Tártaro,
A los presentes deleites
Confías tu breve vida.
[1] De autor incierto, tal vez de Semónides de Amorgos, como el poema anterior, o tal vez de Simónides de Ceos.
[2] Homero