Fragmentos del Cuaderno III
Versiones 2020 y 2022
Nota de introducción.
En los Cuadernos, la fuente hindú no aparece aislada, sino entretejida con otras fuentes, de modo especial con la griega y la cristiana. No obstante, se seleccionan aquí los fragmentos en los que la autora se refiere expresamente a las Upanishads y a la Bhagavad-gītā, así como los fragmentos (contiguos a los anteriores) que facilitarían la comprensión de los mismos.
Se indica entre corchetes el número de la página del Cuaderno, y entre corchetes con puntos, las partes del mismo no seleccionadas. Los paréntesis y corchetes restantes son de la autora o bien sustituyen a los trazos verticales con que ella realzó algunas partes del texto.
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[1] El ātman – que el alma de un hombre tome como cuerpo todo el universo. Tenga con todo el universo la misma relación que la de un coleccionista con su colección, que la de uno de los soldados que morían gritando “¡Viva el Emperador!” con Napoleón. El alma se transporta, fuera del mismo cuerpo, a otra cosa. Que se transporte a todo el universo.
No es solo su deber, sino su naturaleza. Demostración: se ama cualquier cosa solo en relación a uno mismo (el yo es el único valor). Desde entonces, el yo no sabría ser finito, en él está la dimensión del mundo.
El yo es tan grande como el mundo; todos los sonidos confluyen en el oído, etc. (Una orquesta, y surco único del fonógrafo; pero el tímpano…)
Identificarse con el mismo universo. Todo lo que es menor que el universo está sometido al sufrimiento, [al ser parcial y, por consiguiente, estar expuesto a las fuerzas externas.]
Aunque yo muera, el universo continúa. Eso no me consuela si soy distinto del universo. Pero si el universo está en mi alma como otro cuerpo, mi muerte deja de tener para mí más importancia que la de un desconocido. Lo mismo, mis sufrimientos.
Que el universo entero sea para mí, en relación con mi cuerpo, lo que es el bastón de un ciego para el ciego en relación con su mano. Este, realmente, no tiene ya la sensibilidad en la mano, sino al final del bastón. [Lectura] 1 https://www.versionesinfieri.com/notas-cahier-iii/
Es necesario un aprendizaje.
Se trata, en suma, de perder la perspectiva. (¿Las preocupaciones chinas sobre la levitación y la perspectiva aérea en pintura no responden también a ello?)
Pero ¿cómo, entonces, seguimos actuando como persona particular? Tema de la Gītā. 2
El sufrimiento, precisamente, hace que perdamos el universo (por ejemplo, el dolor físico). Pero sabemos que sigue existiendo. Lo sabemos, pero no estamos seguros de ello. Se trata de convertirnos en seres que estén seguros de ello. Nada más. Eso basta.
Los votos / deseos que son realidad están velados por lo irreal; existen, pero lo irreal los enmascara. Es así como el hombre, si uno de los suyos muere, no tiene ya modo de verlo. Pero todos los suyos, vivos o muertos, todo lo que anhela sin obtenerlo, todo eso, lo encuentra descendiendo a sí mismo; pues ahí existen los deseos que son realidad, pero que vela lo irreal. 3
Si descendemos a nosotros mismos, encontramos que poseemos exactamente lo que deseamos.
Si deseamos a tal ser [muerto], deseamos a un ser particular; es, pues, un mortal; y deseamos a ese ser, a este ser que…, al que…, etc.; en resumen, a ese ser que ha muerto, tal día, a tal hora. Y lo tenemos – muerto.
Si deseamos dinero, deseamos una moneda [institución], algo que no puede ser adquirido sino por…, para…, por tanto, lo deseamos en la medida en que…; en esa medida lo tenemos.
El sufrimiento, el vacío es en esos casos el modo de existencia de los objetos del deseo. Apartemos el velo de la irrealidad, y veremos que nos son dados así.
Cuando lo vemos, aún sufrimos, pero somos felices.
[3] Encontrar el ātman “enredado» en las tenebrosas complejidades (?) del cuerpo”. 4
La pluralidad no existe,
Corre de muerte en muerte
Quien cree ver la pluralidad en el universo. 5
Grecia.
La palabra de Platón: “no hay que hacer lo uno demasiado rápido” se aplica también a la búsqueda del Bien (de Dios – del ātman – del Tao – etc.)
No hay que hacer lo uno sin pasar por los ὁπóσα. [Cuántos…, qué número].
En India también, ciertamente, paso por los ὁπóσα.
¿En qué consiste?
Este espacio que está en el interior del corazón, ahí es donde él habita, dueño de todo, soberano de todo, señor de todo. No crece con las buenas acciones, ni disminuye con las malas.6
Más allá del bien y del mal. Es necesario interpretarlo, sin duda, como la fórmula taoísta: El que tiene la alta virtud no tiene virtud, y es así como tiene la virtud. El que tiene una virtud ordinaria tiene virtud, y es así como no tiene la virtud.7
Desprenderse también de la virtud. Perder conciencia de ella.
Soberano muy negativo.
Peligro de otra interpretación (a la que parecen tender bastantes textos). [Lo que parece del todo ausente es la idea de pasión. La encarnación.]
Amamos a un esposo, a una esposa, etc., todo ello en relación a nosotros mismos.8
Idea capital: Restringir nuestro amor al sujeto puro, y extenderlo a todo el universo.
Es el mismo pensamiento de los estoicos (llevo conmigo todo lo que tengo).9
[4] Las cosas preciosas, con justo título, son μεταζú [intermediarios].
Cambiar la relación física entre uno mismo y el mundo (físico, ¿es esta la palabra apropiada?), como por un aprendizaje, el obrero cambia la relación física entre él y la herramienta. (El marino, entre él y el barco.) Heridas: es el oficio el que entra en el cuerpo. Que todo sufrimiento haga que entre el universo en el cuerpo.
La herramienta hace que perdamos un modo de sensibilidad, lo sustituye por otro. No siente su fatiga, su sufrimiento: siente que la fresa se apoya en la pieza, cómo se apoya. Todos los oficios descansan en traslados de la sensibilidad. Palanca – rebajándonos, sentimos que nos levantamos.
Hábito, habilidad, traslado de la conciencia a un objeto distinto al propio cuerpo.
Que ese objeto sea el universo, las estaciones, el sol, las estrellas.
Que se sienta el espacio.
Brahman es espacio.
Giotto.
La relación entre el cuerpo y la herramienta cambia en el aprendizaje. Es necesario cambiar la relación entre el cuerpo y el mundo.
Cambios en la duración.
No nos desapegamos, cambiamos el apego. Apegarse a todo.
Podremos llegar a amar lo que odiamos. Sentir el odio hasta el límite. Saber lo que odiamos.
Por cada sentimiento, al descender, alcanzar el ātman.
¿Quién odia?
No soy yo, que estoy allí. Es verdad. No soy yo. No soy yo, que estoy en ese punto del espacio.
A través de cada sensación, sentir el universo. ¿Qué importa, entonces, que eso sea placer o dolor? Si tenemos la [5] mano apretada por un ser amado, al que no vemos desde hace mucho tiempo, ¿qué importa si aprieta y hace daño?
Un grado de dolor en el que perdemos el mundo. Pero, luego, llega la calma, cuando volvemos a encontrarlo. Y, si el paroxismo vuelve, la calma también vuelve enseguida.
Ese grado mismo, si lo conocemos, se vuelve espera de la calma y, por consiguiente, no corta el contacto con el mundo.
Ese contacto es la alegría.
Ritmo. En todo modo de vida, hay un ritmo que amar. Cualquier vida, por muy artificial que sea, está ligada a la rotación diurna del cielo y a las estaciones, sin lo cual moriríamos. Por ese ritmo, permanecemos ligados al sol y a las estrellas. Sentirlos a través de ese ritmo, como por un bastón de ciego.
No elegimos las sensaciones. Pero elegimos (a condición de aprender) lo que sentimos a través de ellas. Larga parte de elección. Ejemplos.
No franquear demasiado pronto los μεταζú. Gran regla. O de lo contrario olvidamos que son μεταζú, o bien los franqueamos demasiado pronto.
El dolor es un μεταζú.
La muerte… (una cierta manera de creer en la inmortalidad le quita su eficacia de μεταζú).
Todo lo que arranca.
No hay que luchar contra, al contrario. Así el amor en el Fedro […] 10
[9] Hay dos maneras de cambiar por otro la manera como este lee las sensaciones, su relación con el universo: la fuerza (de la que la guerra es la forma extrema) y la enseñanza. Son dos acciones sobre la imaginación. La diferencia es que no se asocia a la primera (solo reacciona) y se asocia a la segunda.
Quizás: por el uso de la fuerza podemos rebajar a los otros, o impedir que no sean rebajados; solo podemos elevarlos por la enseñanza.
Hay un tercer modo, la belleza (el ejemplo).
¿Podemos combinar la primera con alguna de las otras dos?
Solo se nos permite [quizás] hacer un uso negativo de la fuerza.
Diferencia entre el espíritu de la Bhagavad-gītā y el de la leyenda de Juana de Arco, diferencia capital: él hace la guerra aunque inspirado por Dios, ella hace la guerra porque inspirada por Dios.
(Pensar en Dios, amar a Dios no es más que un cierto modo de pensar el mundo).
La guerra es el prestigio por excelencia. El manejo de las armas puede tener como objeto ponerle fin al prestigio (Marathon), o instalar un prestigio duradero (Imperio romano). En el primer caso hay una contradicción interna, en el segundo, no. Una vez puestas al desnudo las armas, el dominio del prestigio está instalado; la no-resistencia solo es un medio privado de Dios. El contacto con la fuerza, sea cual sea el lado por el se tome contacto con ella (puñal o punta de la espada), priva un momento de Dios. De ahí la Bhagavad-gītā. La Bhagavad-gītā y el Evangelio se completan.
También hay algo esencialmente falso en el Antiguo Testamento (ciertas partes), como también en la historia de Juana de Arco; estas voces forman parte del prestigio. Jehovad también.
Por muy justa que sea la causa del vencedor, por muy justa que sea la causa del vencido, el mal que causa tanto la victoria como la derrota no es menos inevitable. Esperar escapar de ello está prohibido. Es por ello por lo que Cristo no ha bajado de la cruz y ni siquiera se ha acordado, en el momento más doloroso, de que resucitaría. Es por ello por lo que el otro no ha rendido las armas ni detenido la batalla.
¿No es acaso verdadero que la conquista solo es una mala manera de buscar que el ātman sea idéntico al brahman? El hombre necesita estar solo en el universo para ser idéntico al universo. (Pero si está solo suprimiendo a los otros, su perspectiva es la única). Tengo derecho a apropiarme de todas las cosas, y los otros son un obstáculo para ello. Debo tomar las armas para apartar este obstáculo. Pero esta apropiación puede ser contemplada como infinita – o como finita, si algo finito, por ejemplo un campo, provee el equivalente del universo. En el segundo caso, no tengo razón para no querer [11] que los otros posean el universo bajo la forma de un objeto finito, debiendo tener esos objetos finitos relaciones armoniosas. Entonces, no quiero infligirle al enemigo más que un daño limitado, pero no puedo, pues el uso de las armas encierra lo ilimitado. […]
[14-15: Chāndogya-upanishad, VIII, 3]
[16] CU, VIII, 3. Perder a alguien: sufrimos que el muerto, el ausente, se vuelva imaginario, falso. Pero el deseo que tenemos de él no es imaginario. Descender a uno mismo, donde reside el deseo que no es imaginario. Hambre; imaginamos alimentos; pero la misma hambre es real; saciarse de hambre.
La pérdida del contacto con la realidad es el mal, es la tristeza. Hay situaciones que causan esta pérdida, privación, dolor. El remedio es tomar la misma necesidad como intermediaria para alcanzar la realidad. La presencia del muerto es imaginaria, pero su ausencia es muy real; esta es, de ahora en adelante, su modo de aparecer. […]
[28] […] [Principio de Bṛhad-āraṇyaka-upanishad [I, 3, 2-16]: hay bien y mal en la voz, el aliento (prāṇa), la vista, el oído, el manas, pero no en el aliento que está en la boca (āsanyaṃ prāṇam); los asura [demonios], al querer filtrarle el mal, perecieron; expulsa a la muerte hasta el fin del mundo. Luego transporta, más allá de la muerte, la voz, de ahí el fuego; el aliento, de ahí el viento; la vista (el ojo), de ahí el sol; el oído, de ahí las regiones del espacio; el manas, de ahí la luna.] 11 […]
[53] […] Gītā. ¿Dos sentidos posibles? ¿Matar en uno mismo a los maestros, a los amigos, a los parientes? Muerte interior.
Matar es siempre matarse. Dos maneras de matarse, suicidio (Aquiles) o desapego.
Hay una tercera manera de matar, y es no saber que existen aquellos a los que matamos – a no ser como cosa digna de ser matada. (Resto de la Ilíada; España).
Matar por el pensamiento todo lo que amamos; única manera de morir. Pero solo lo que amamos.
No desear que lo que amamos sea inmortal.
Aquellos a los que vas a matar son mortales.
Ante un ser humano, quienquiera que sea, no desearlo ni inmortal, ni muerto. […]
[58] […] El «aliento de la boca» (en las upanishads), no traspasado por el mal, como el aliento de la nariz (olfato), la palabra, la vista, el oído, el pensamiento (manas), ¿no es lo activo – (desempeñando la función del esfuerzo en Maine Biran)? 12 […]
[63] […] [«Aliento», «aliento que está en la boca» en las upanishads; técnica de respiración del yoga (sobre la cual no sé nada), ¿es una forma de la misma idea?]
Asociar el ritmo de la vida del cuerpo (la respiración mide ahí el tiempo) al del mundo (rotación de las estrellas), sentir constantemente esta asociación (sentir, no simplemente saber), y sentir también el cambio perpetuo de materia por el que el ser humano se sumerge en el mundo.
Lo que no se le puede quitar a un ser humano, mientras vive – como movimiento al que la voluntad se agarra, respiración (fuera de ello, o transformaciones orgánicas a las cuales, salvo excepciones, la voluntad no se agarra, o movimiento de los miembros que unas cadenas pueden impedir), como percepción, el espacio (incluso en una celda, incluso con los ojos y los tímpanos reventados, mientras se vive, se percibe el espacio).
Atar a eso los pensamientos de los que deseamos que ninguna circunstancia pueda privarnos.]
[64] Sentir su duración propia es también el tiempo del mundo.
Considerar la idea (en las upanishads) del mérito de las obras que se agota. (Mérito correspondiente solo a las buenas acciones.) Hacen que se suba, pero elevación limitada, y al cabo de un tiempo limitado, descenso.
Las dificultades morales reales no se parecen jamás a las abstractas o imaginarias, porque en estas no hay varias lecturas, al ser suministrado su mensaje por hipótesis.
Dificultad real, elección de las lecturas.
[Buscar la Kena-upanishad. Brahman, conocido por los insensatos, desconocido por los sabios.] 13
[Kaṭha–upanishad. Ātman: dueño del carro – Cuerpo: carro – Buddhi: cochero – Manas [¿impulsos?]: riendas – Sentidos: caballos – Objeto de los sentidos: ruedas – Sí mismo, sentidos e impulsos reunidos: el que saborea (goza)] 14
[En el insensato, sentidos fuera de control [sentidos, ¿prāṇa?]. ]
[El hombre que tiene como cochero a la razón y sujeta firmemente las riendas del manas va a Viṣṇu.] […]
Dos compañeros en el mismo árbol; uno devora el fruto, el otro lo mira. 14
Enrollar el cielo como una piel (una alfombra). 15
Muṇḍaka–U.
Oṃ: arco – ātman: trazo – brahman: fin. Id. III, II, 3, gracia.
(Arco, i.e., μεταζú.)
Como los radios en el cubo, en el lugar exacto en el que los canales se unen al interior… (así, el ātman) […]
[68] Salvo si se es un ermitaño en los bosques y no se recibe de ningún otro ser humano lo que es necesario para la vida, por mucho que nos elevemos por encima de los μεταζú, permanecemos en la esfera del bien y del mal a través de las relaciones con los otros que se encuentran ahí. El problema del bien y del mal no puede, pues, desaparecer en el movimiento ascendente.
Cantar bien el sonido oṃ.
Dharma [deber]. ¿Pero…?
En una situación dada, toda acción posible comporta una cierta proporción de bien y de mal, o mejor, al no ser mensurable la proporción, una cierta mezcla. El dharma es una regla para la elección de la mezcla que le conviene a un hombre. Así Rāma, hacerle daño a su esposa antes que a su pueblo, aunque sepa que la esposa está en la verdad y el pueblo en lo falso, pero porque es rey. La misma regla hace que mate al śūdra. 16
Si piensa que está mal matar al śūdra, es necesario que sepa si es posible establecer poco a poco otro equilibrio estable en el que un śūdra pueda actuar así sin castigo. Mientras espera, debe matarlo.
Pero eso solo es bueno en una sociedad estable. Esta gente no ha hecho reglas para las sociedades inestables.
¿En qué se convierte el dharma en un país conquistado? ¿Los deberes hacia los conquistadores? (Informarse.)
¿Si el pueblo hubiera deseado que Rāma sacrificara, bajo una falsa acusación, a un hombre vil? No.
[69] En la India, ¿cuál es, en cada μεταζú, la noción central? Sabor por la poesía. ¿Por el arte militar? ¿El robo?
Rāma. No-intervención. No es él el que actúa al expulsar a su mujer, al matar al śūdra, es el pueblo. Un rey debe adaptarse a la imaginación del pueblo. Sí, pero ¿en qué medida? ¿Con qué límites?
Si el cumplimiento del dharma ocasiona injusticias – y siempre es este el caso – es necesario, entonces, estar dispuesto a cometer la misma injusticia, por el dharma, contra lo que más amamos.
La vista clara del mal, sufrir hasta la debilidad física.
Gītā. ¿Hay que concluir que la huida fuera del mundo de los brahmanes ancianos no es la liberación del dharma?, ¿es simplemente su dharma y, por consiguiente, mezclado con el mal, como los demás? Pero ese mal no los mancha; a los reyes, tampoco, al mismo nivel.
Si la esposa de Rāma no estuviera al mismo nivel que él, ese mal se le atribuiría a ella, aunque inocente – y no a él.
MāṇḍūKya–upanishad. Cuatro estados. Cuatro también en Platón. Pero, en apariencia, nada en común. 17
Vigilia. Conciencia vuelta hacia el exterior. | Sueño, conciencia vuelta hacia [70] el interior. | Sueño profundo, sin deseo ni sueño, conciencia recogida en uno mismo. | Consciente ni del exterior ni del interior ni de los dos; ni consciente ni inconsciente, únicamente consciente de uno mismo (???), inasible: el ātman.
Representado por A-U-M y el conjunto de los tres.
Si la vigilia es el conjunto de las relaciones prácticas con el mundo, regidas por la necesidad; si el sueño es pasión, deseo y cólera; si el «sueño profundo» es la inteligencia intuitiva; si el cuarto estado es el equilibrio de los tres, hay concordancia. […]
La evocación de los bienes temporales en las upanishads (¡Ojalá pueda!… – El… ese que sabe de tal modo), ¿medio para volver la energía vital hacia lo mejor?
| hombre / sombra | eso / esto | ātman / prāṇa |
El alimento.
Taittirīya – Arrojando el mal en su cuerpo.18
Hoy, analogía entre respiración y combustión. En la India antigua, entre respiración y sacrificio. Es la misma analogía, el mismo vínculo entre el hombre y el mundo – ¡y qué diferencia!
Rueda, radios y cubo. […]
[71] Actos que elevan y rebajan, como los movimientos del timón de profundidad en un avión, indirectamente. Pero ¿qué sabemos de ello? Como sabemos que la geometría tiene una aplicación técnica, ¿por la experiencia?
Sí, pero una experiencia singularmente limitada. Pues no voy a ponerme, por ejemplo, a volar para ver el efecto del vuelo en el alma.
La observación del otro debe suplirla, pero es difícil.
¿Qué es, ahí dentro, a priori, qué es a posteriori? Kant no ayuda sino débilmente a que nos demos cuenta. Las upanishads no ayudan |tampoco | casi. La Gītā, tampoco, pues el dharma…
Se me permite cumplir una acción si puedo cumplirla sin rebajarme. Sí, pero ¿si le hago mal a otro?
Pero, precisamente, saber (¡saber con toda el alma!) que el otro existe realmente, es lo más precioso y deseable.
Nos encerramos en la botella limitando el esfuerzo para luchar contra los fantasmas interiores o concediéndoles el primer plano. Esos fantasmas solo son velos.
Niveles de lecturas, lecturas superpuestas.
¿Por qué efecto de la providencia suponemos que mis actos que le hacen mal a otro (como desgracia) no me lo hacen también a mí (como pecado)?
Mis actos aumentan o disminuyen el espesor del velo que me separa del universo y de los otros. Como los gestos a través de los cuales manejo una herramienta. […]
[74] […] «No es el ātman el que actúa, sino la naturaleza.» Toda acción que realmente ha tenido lugar se deja reducir a una combinación de necesidades, sin que quede residuo alguno que sea parte del yo (¿quizás?). Pero comprendemos esa combinación o no.
El que ha comprendido actúa de otro modo. Varias combinaciones.
Si Lawrence no hubiera reflexionado en su tienda… 19
El viento y la corriente, las olas, el timón, las velas solo determinan la marcha del barco. Pero aquel cuyo piloto ha comprendido navega de otro modo.
Al ver el barco, no podemos decir con certeza si el piloto ha comprendido, pero, si falla, podemos decir con certeza que no ha comprendido.
Gītā. La explicación es quizás que ya no hay elección. Los dos ejércitos están frente a frente. Su responsabilidad hacia los suyos le prohíbe abandonarlos al ejército enemigo. (¿Por qué?) Su deseo de no combatir es totalmente irreal, no puede (¿ya?) invadir lo real en forma de acción.20
[75] En una situación dada, ciertos deseos (ciertos pensamientos) pueden, tomando forma de acción, invadir el mundo; otros no pueden, solo pueden tener consecuencias distintas a sus fines. (Ej. No, no enfrentarse, sino enfrentarse mal.)
Buscar ejemplos (hay muchos).
La deliberación no debe estar nunca sino entre los primeros. A los otros hay que arrojarlos a lo imaginario (reales solo en ese lugar en el que están los deseos reales velados por lo falso). Pero Retz: 21 la marca de un gran espíritu es saber distinguir lo extraordinario de lo imposible.
Las situaciones de las que habla Retz, en las que, dice, no nos colocamos sino por nuestra culpa, pero en las que, una vez que estamos allí, hagamos lo que hagamos, solo podemos hacer mal. La Gītā concierne aparentemente a una situación de este tipo. Enseña que incluso en tal situación, la salvación está ahí si, al actuar, se arroja la acción por debajo de uno mismo, y si se ama a Kṛṣṇa.
No pasa apenas tiempo para demostrarle a Arjuna que debe combatir, porque desde antes de la conversación está fuera de duda que Arjuna combatirá. Deliberación interior como hay muchas (¿todas?). Arjuna no está ya en el momento [76] de elegir. ¿Cuál es el momento de elegir?
Casi siempre, el momento de la deliberación no coincide con el de la elección. Deliberamos cuando ya hemos elegido, o quizás, más raramente, cuando no estamos aún en la condición de elegir.
No eres tú, es la naturaleza la que mata a esta gente. (¿Quizás solo hay ahí incapacidad de pilotaje?) No hay que deducir que todo está permitido. (¿Cómo?)
¿Hay acciones que podemos hacer sin desear el éxito y otras que no podemos hacer así? ¿Este criterio permite distinguir entre las acciones? No es tan seguro.
Darle una parte a la injusticia, limitada, exigida por el orden social. Pero ¿qué parte? Esa es, pues, la cuestión. […]
[78] Como para el error y el pensamiento claro y distinto, hay pensamientos de acción que, si los miramos fijamente con el alma, suspendiendo el juicio, se desvanecen como burbujas de aire (solo pueden influir en los movimientos del cuerpo si hay tinieblas del alma), y hay otros que, por el contrario, pasan entonces a lo real invadiendo la realidad con la mediación del cuerpo.
[Hay grados en la claridad y en la fijeza de la mirada del alma; ahí hay, pues, un resumen.]
El impulso de piedad de Arjuna, en el momento en que ha aparecido en su alma, era aparentemente de la primera especie.
Está desgarrado entre la piedad y la necesidad del combate. Después de haber visto a Viṣṇu bajo su verdadera forma (y, parece, no lo habría visto si no hubiera estado desgarrado), el segundo pensamiento es el único que permanece. ¿Qué otro criterio?
Gītā y la leyenda de Juana de Arcos. Combatir contra los ingleses era el dharma de Juana de Arco, aunque mujer y pastora (si tomamos el sentido de castas en un sentido estrictamente social), pero era la naturaleza la que ejecutaba sus acciones (prakṛti), no Dios (ātman). (Gītā, XII, 29) No podemos rebajar a Dios hasta hacer de él un combatiente en una guerra. Lo mismo en el Antiguo Testamento. Dios, ahí, es un combatiente. En la Ilíada, los dioses son combatientes, pero Zeus coge su balanza de oro. 22
[79] ¿Un acto puro (al ser comprendida así la pureza en la acción, como en el pensamiento) no le hará ningún daño a otro? (Como Rāma no se lo hace al śūdra al matarlo.) Nada menos seguro. Haría falta una disposición providencial. ¿Por qué suponerlo? Todo lo que se puede decir es que la intención, en el sentido más fuerte, es hacer el menor daño posible, considerándolo todo y teniendo en cuenta las necesidades. Un mal que no puedo dejar de cumplir, a no ser cumpliendo otro mayor, no soy yo quien lo cumplo, sino la necesidad. [Hacer el bien no se le ha dado al hombre, solo apartar el mal.]
El nudo está en la comparación de los males. Balanza interior. Balanza justa, ¿cómo?
Pero Arjuna no estaba en un momento en el que se sopesa en una balanza. En el campo de batalla, ese momento estaba sobrepasado por el curso del tiempo.
Balanza de oro de Zeus, símbolo con dos fines. Símbolo de la necesidad ciega, símbolo de la decisión justa. Unión de esos dos símbolos, misterio.
El espíritu, en su grado más alto, imita de algún modo a la materia; ausente de sus pensamientos y de sus obras. Misterio supremo.
La pureza en la acción y el tiempo – el momento. Clavar la punta de la acción en el curso del tiempo.
[80] […] Gītā. Constatar que el dharma, que depende de la casta, por tanto del nacimiento, por tanto de la encarnación precedente, depende de una elección anterior. No es que no se tenga elección, sino que, si nos situamos en un momento dado, ya no se tiene elección. Ya no podemos hacer otra cosa; es vano soñar con hacer otra cosa; pero es bueno que nos elevemos por encima de lo que hacemos.
[81] Así elegimos, para más tarde, algo mejor.
El momento de piedad de Arjuna es un sueño. Su debilidad antes de matar es comparable a la debilidad antes de morir. En un momento dado no somos libres de hacer cualquier cosa. Es necesario aceptar también esta necesidad interna. Aceptar lo que somos, en un momento dado, como un hecho, incluso la vergüenza.
Vida y muerte de los otros. Ser feliz de que haya seres pensantes distintos a uno; gracia esencial. Desear la muerte de un ser humano es rechazar esta gracia (cf. Creonte). 23 Pero ser feliz, también, de ser mortal, de que ellos sean mortales; por uno mismo y por ellos, en el mismo grado. No desear nunca su propia muerte, sino aceptarla.
El suicidio solo está permitido cuando es [82] aparente, cuando hay coacción y cuando se tiene plenamente consciencia de esta coacción. Lo mismo para el uso de la fuerza. Es coacción, no gracia, prakṛti, no ātman.
Elección ilusoria. Cuando creemos que tenemos elección, es que somos inconscientes, estamos encerrados en la ilusión, y entonces somos un juguete. Dejamos de ser un juguete elevándonos por encima de la ilusión hasta la necesidad, pero entonces ya no hay elección, una acción se impone por la situación misma claramente percibida. La única solución es subir […]
La acción así cumplida es una palanca. Quizás lleve a situaciones mejores – en las que el deber está menos mezclado con el mal. Solo quizás.
No nos manchan las acciones de las que estamos ausentes así (así, pues hay otra manera de estar ausentes), aunque estén mezcladas con el mal.
Es necesario igualmente estar ausentes del bien.
Actuar no por algo, sino porque no se puede hacer de otro modo.
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Balanza justa; es el cuerpo el que es la balanza, pues en cada momento no se puede hacer sino una acción. Es [83] una balanza justa cuando la atención es igual. 24
Mantener la paz constituye una acción metódica sobre la imaginación de los hombres. Cuando esta acción no ha sido cumplida, la paz ya no está ahí, y el deseo que se tiene de ella es falso, a no ser en esa región del ser en la que están los deseos reales envueltos en lo falso. La única cuestión es la parte que tomaremos en ello. Esta parte depende del karman. 25
Es fácil, ahí, equivocarse, como es fácil colocar la palabra que no conviene en el punto culminante de un poema; y el error crea un nuevo karman.
El que está presente en el mal que hace estará presente también en el mal que sufre. El que no está presente en el mal que hace estará en cierto modo ausente en el mal que sufre, incluso en el sudor de la sangre, la súplica vana, y la angustia del abandono.
Sufrir el mal es horrible cuando estamos presentes. Ovidio. Infierno.
Lo inverso también es verdad: el que está presente en el mal que sufre estará también presente en el mal que hará.
Pensar en el bien público como pensamos en una figura de geometría […] 26
[86] […] Ilusión. No que las cosas nos hagan creer que son reales, pues en un sentido lo son. Pero nos hacen creer que son reales en un modo diferente a como lo son.
Nos hacen creer que existen más o menos las unas y las otras, notablemente.
Que pueda el universo entero, desde una piedra junto a mis pies hasta las lejanas estrellas, con todo lo que se encuentra en medio, existir para mí, en todo momento, como Agnès para Arnolphe o el cofre para Harpagon.
Segundo cuerpo. El bastón del ciego es un ejemplo de ello, el cofre de Harpagón, otro.
Que todo el universo |se vuelva| para mí un segundo cuerpo en los dos sentidos.
No llegamos a ello sino a través de una transformación metódica de nosotros mismos. 27
Es por la acción – cierta acción, no inmediata, que exige un aprendizaje – por lo que el bastón del ciego se vuelve una prolongación del cuerpo.
Es por el deseo (Ἔρως) por el que el cofre de Harpagon se vuelve una prolongación del cuerpo.
Deseo no saciado, insaciable por sí mismo. La imposibilidad de saciarlo es su verdad, la esperanza de saciarlo es lo falso. Las cosas hermosas oprimen al corazón con esta imposibilidad. Poseer todo el universo y cada cosa como Harpagon su cofre, sin ser saciado. Poseemos, entonces, la no-saciedad. (Y al mismo tiempo poseer todo el universo y cada cosa, como un capitán su navío.) La no-saciedad esencial es un contacto con otra realidad, una posesión de otro tipo.
Cada deseo, si le prestamos atención, satisfecho (relativamente) o no, es un camino hacia la no-saciedad.
[88] «Entonces, se alzaron inmensos clamores, y todos los seres, y todos los deseos.»28
Īshā-upanishad.
«En más tinieblas», 29 unirse a lo que no es de este mundo, y creer que lo pensamos, pensar algo hablando de ello, mientras lo sufrimos, en la carne y el alma (el alma viva), no la muerte propiamente dicha, sino un equivalente, una herida traída por la necesidad que hace que experimentemos que somos mortales. Es necesario morir – no suicidarse, morir, ser asesinado, no literalmente, sino casi, sentir con el hecho de las cosas exteriores el frío de la muerte.
“Por el saber nos nutrimos de inmortalidad.” 30 Resurrección. Cuando se ha sentido el frío de la muerte – a menos que no nos apresuremos a olvidarlo, o que nos haya helado – pasamos al otro lado, y el mismo universo se vuelve un brebaje de inmortalidad.
No-devenir y devenir. La misma oposición invertida (si estos términos están bien traducidos.) [Cf. CU. El universo fue al principio no-ser; luego se hizo ser; luego se desarrolló; samabhavat.] El devenir es [89] el lado positivo de la ignorancia, el no-devenir el lado negativo del conocimiento. Si nos apegamos solo al conocimiento, la noche será mayor que si no tenemos acceso a él. Si nos apegamos al devenir solo, la noche será mayor que si no tenemos acceso a él.31
Por la disolución habiendo atravesado la muerte.32
Por el devenir se come lo inmortal. El mismo devenir es su alimento inmortal.33
Es porque creemos en esta ilusión por lo que sufrimos la muerte. Sufriendo la muerte conscientemente disipamos la ilusión y, entonces, encontramos la realidad […]
De la ilusión al sufrimiento mortal.
Del sufrimiento mortal a la conciencia de la ilusión […]
Doble movimiento. Círculo. Regreso a lo inferior transfigurado.
El mundo es su alimento inmortal.
Doble paso de la muerte. Privación de las criaturas; privación del ser separado, ausencia de Dios. «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»34 Muerte por el no-conocimiento, muerte por el no-devenir.
Los que asesinan al ātman.35 Quien desea que lo que es no sea (Marco Aurelio).36 ¿Y además? – Todo deseo asesina el ātman.
Pasado, presente, futuro – Los tres ojos de Shiva.
Contra el atomismo. No más vacío que el no-manifestado.37
[90] Tchouang-Tseu. «No haciendo nada, no hay nada que Él no haga.» 38
El que sabe no es ese para el que todas las cosas se han vuelto el ātman; es al contrario: ese para el que el ātman se ha vuelto todas las cosas.
Śaṅkara. «La acción, al no estar opuesta a la ignorancia, no puede alejarla, pero el conocimiento disipa la ignorancia como la luz disipa las tinieblas.»
La acción buena no lleva al conocimiento, sino que deriva de él. (?)
A-U-M. El cuarto, al no ser expresado por una letra, es porque es inexpresable, ¿o no es mejor porque es la relación de los tres? (Platón, la justicia.) Los tres estados se corresponden quizás bastante bien con la hidra, el león y el hombre.
El más alto, al ser impensable, para pensar en él, es necesario pensarlo por lo pensable. Es necesario una relación. Las matemáticas ofrecen un modelo de ello.
Śaṅkara, ignorancia: atadura de las pasiones, de los afectos terrestres – exactamente come Platón. Son los velos (nubes) sin los cuales el ātman brilla a lo lejos con su propio esplendor.
Arjuna se ha parado antes de actuar. Es porque su acción es buena. Pararse no es dudar. Dos modos de pararse.
Esot[erismo] musulmán – fanâ – extinción (nirvāṇa), y más alto, fanâ el fanâi, extinción de la extinción. ¿Es el regreso al mundo? 39
[91] «Imaginándose al principio que es el alma viva, el hombre se espanta como una persona que toma por error un trozo de cuerda por una serpiente; pero su temor se aleja con la certeza de que no es en realidad esta alma viva, sino exactamente Atmā.» […] 40
[106] Gītā. Voluntad apegada a los frutos: rajas. Entregada a las emociones: tamas. 41
La cuestión de Arjuna.
[Bhagavad-gītā, II, 54b. Texto en devanagari y transcripción]
El que posee la luz, ¿cómo habla? ¿Cómo se sienta? ¿Cómo camina?
[Aquel cuya mente es estable, ¿cómo habla? ¿Cómo se sienta? ¿Cómo camina?]
Es la verdadera cuestión.
[Los objetos de los sentidos desaparecen al principio, luego la sensibilidad.]
Notar que se dice del yogui: mirar con el mismo ojo a amigos y a enemigos, etc. no, no tener amigos ni enemigos.
[BhG, VI, 20. Texto en devanagari y transcripción]
Cuando el pensamiento (cit) se detiene suspendido por el yoga y el hombre descubre el ātman [suyo], encuentra la satisfacción en sí mismo.
Es siempre el tiempo el que
está en primer plano.
[BhG, VI, 26. Texto en devanagari y transcripción]
Siempre que el manas [lo mental] inquieto, voluble, pretende exteriorizarse, es necesario frenarlo y volverlo en sí a la sumisión.
[BhG, VI, 25b. Texto en devanagari y transcripción]
Habiendo obligado el manas [lo mental] a morar en el ātman [suyo], ¿no es necesario ya pensar en otra cosa?
o: es necesario, encerrándose en uno mismo, no pensar más. 42
[BhG, VIII, 12. Texto en devanagari y transcripción]
Aprisionando en sí la facultad de percibir (?), reteniendo en sí el soplo vital…
[Tras cerrar todas las puertas, tras encerrar lo mental en el corazón, tras fijar su soplo en la cabeza, mantiene la concentración en la unión.]
¿No leer? [¿sentido de manas?]
Imágenes del sol
vacilante en el agua
sin que afecte a las unas
ni a las otras, ni al sol.
[107] La existencia que concibe el que muere es la que vive – un día de Brahmā, mil yuga [era del mundo].
Dos puruṣa [espíritu] uno destructible, uno indestructible; un tercero es superior a los dos. 43
«Tú verás a todos los seres en ti mismo, luego en mí.» 44 Rechazo del objeto como μεταζú hacia la realidad del objeto, la cual no es dada.
¿Cuál es el secreto que la naturaleza está a punto de decir, cuando se la mira como se mira una estatua griega? No es lo que enseña la ciencia, y sin embargo, no deja de estar en relación con la enseñanza de la ciencia.
Cada cosa reflejada, traspuesta a toda otra cosa […]
.
[122-123] [BhG, XVIII, 45-49. Texto en devanagari y transcripción]
Es aplicándose cada uno a su propia tarea como los hombres alcanzan su perfección; escucha cómo.
Es honrando, a través de la actividad que se le atribuye, al ser del que viene el impulso de la vida y por el que todo este universo ha sido desplegado, como el hombre encuentra su perfección.
Es mejor cumplir, aun mediocremente, el propio deber, que asumir, incluso para cumplirlo con perfección, la tarea que le pertenece a otro. No nos manchamos al cumplir el deber que la naturaleza nos asigna a cada uno.
No es necesario, oh hijo de Kunti, eludir el acto, incluso si parece culpable, que le impone a cada uno su nacimiento; pues así como el fuego se mezcla con el humo, así toda actividad se mezcla con lo imperfecto.
El espíritu libre de toda atracción, dueño de sí mismo, libre de todo deseo, se eleva por el desapego hasta la perfección suprema, que es la supresión del acto.
[BhG, XVIII, 57. Texto en devanagari y transcripción]
No viéndome sino a mí, ofreciéndome a mí en pensamiento todos tus actos, tensando el esfuerzo de tu inteligencia, habita siempre mi espíritu.
[BhG, III, 35b. Texto en devanagari y transcripción]
Mejor es perecer perseverando enel propio dharma [deber]; el dharma de otro no trae más que desgracia.
[BhG, IV, 20b-21b. Texto en devanagari y transcripción]
… Por muy atareado que pueda estar, en realidad no actúa.
No cumpliendo los actos más que con el [solo] cuerpo, no contrae ninguna deshonra […]
[BhG, XVIII, 59-60. Texto en devanagari y transcripción]
Encerrado en el egoísmo, dices: no quiero luchar. Tu resolución será vana, la naturaleza te lo impondrá.
Oh hijo de Kunti, estando atado a tu propio Karman, nacido de tu propio ser, te verás obligado inevitablemente [lo harás a pesar de ti mismo] a cumplir lo que por ignorancia no deseas hacer.
YUDH, luchar.
[(59-60) Cuando, esclavo de tu propio pensamiento, te niegas a luchar, tu resolución es vana; tu naturaleza íntima la arrastrará | atada, oh hijo de Kunti, por la tarea innata, lo que en tu error tú te niegas a hacer, lo harás, aun contra tu voluntad.] […]
[128] [BhG, IV, 18. Texto en devanagari y transcripción]
[? El que puede ver la inacción en la acción y la acción en la inacción, ese es sabio entre los hombres; está equilibrado cuando ejecuta la acción]
[Quien en la acción sabe ver la no-acción, y en la no-acción la acción, ese tiene el discernimiento del sabio entre los hombres, ha realizado la unidad, es agente universal de los actos.]
[BhG, XIII, 29. Texto en devanagari y transcripción]
| La materia misma cumpliendo todos los actos………. (?)
[Aquel] que ve el ātman no actúa, ese ve.|
[Quien ve que, en todas partes, los actos son solo obra de prakṛti y que el sí mismo no es el agente, ese ve.]
[129] [CU, VII, 22. Texto transcrito]
Es solo cuando tenemos felicidad que nos sacrificamos. No nos sacrificamos cuando sentimos ausencia de felicidad, sino cuando sentimos felicidad.
Es necesario desear conocer la felicidad.
[CU, VII, 12, 7-9. Texto transcrito]
[Llamamos brahman al espacio exterior al hombre – el mismo que el interior al hombre – el mismo que el que está dentro del corazón. Pleno, inmutable.]
[Lo que llamamos brahman es este espacio en el exterior del hombre. Y este espacio en el exterior del hombre es el mismo que está en el interior del hombre. Y este espacio en el interior del hombre es el mismo que el que está dentro del corazón. Es la plenitud, lo inmutable.] […]
[130] [CU, III, 19, 3a. Texto transcrito]
Pues quien nació (?) fue el sol. En su nacimiento (?), unos clamores se elevaron inmensos, y todos los seres y todos los deseos […] 45
[151] [ Textos de Īśā.U et BĀU]